Calle Tomás Miller, 64. Las Palmas de Gran Canarias. Islas Canarias. Teléfono: 928 26 85 79. Precio: 10-20 €. Ver mapa más grande
Es la pizzeria mas antigua de canarias, me hablo de ella una amiga que fue a comer la semana pasada allí, y como me hablo tan bien (a ella se la había recomendado un lugareño) decidí ir a probar, pero no se si fue porque pedí el plato equivocado, pero a mi no me pareció nada del otro mundo.
Interior del local. Podéis ver al fondo el horno de leña.
Pedí un Pan de ajo y Musaka, mi amiga quiso pedir la Musaka cuando estuvo, y la tenían agotada… yo pensé que era porque era buena pero quizá es porque es tan mala que no la pide nadie..
Estaba recalentada de microondas, vi como la metían (teniendo un horno tradicional de leña como tienen), se pasaron de tiempo, no se cuantos minutos extras la tuvieron, estaba seca, el tomate totalmente deshidratado, y con las pompitas típicas que salen cuando explota la comida dentro del microondas… mirad la foto y me diréis la pinta…
Musaka.
¡¡No la pidáis si vais!!
A su favor tengo que decir que el pan de ajo es el mejor que he comido en mi vida, tierno, con mantequilla y ajo y perejil…una autentica delicia, espectacular.
Pan de ajo tal cual te lo sirven.
Pan de ajo partido, no se aprecia bien porque saque la foto con la cámara del móvil, pero podéis ver la mantequilla, el ajo y el perejil… delicioso.
Quizá en este local solo se puedan pedir pizzas para salir contento, no se. Tendria que darle una segunda oportunidad, y pedir una pizza.
Carta de pizzas y postres.
Muchas gracias por la advertencia, Yeray, seguro que los lectores del blog lo tienen en cuenta.
Besos.
PD: La verdad que podian haber teneido el detalle de no cobraros o por lo menos cobraros la mitad, hubieran ganado puntos.
Quisiera advertir a los que estén interesados en ir a este restaurante, que la última vez que fuimos tenía una plaga de ratoncillos que correteaban entre las abundantes plantas y macetas.
El dueño, aunque se disculpó, no parecía demasiado preocupado, y de hecho no dudó en cobrarnos la cuenta íntegra a pesar de que, naturalmente asqueados, nos fuimos dejando la mayor parte de la comida.