
Es difícil explicar por qué nos gusta tanto Granada. Puede que sea la vida de sus calles, animadas por la juventud que llena su histórica universidad. También tendrán algo que ver sus increíbles miradores que fascinaron hasta a Bill Clinton o el aire árabe que todo lo envuelve, del zoco a los rincones del Albaicín, pasando, claro está, por ese monumento universal que es La Alhambra.
Si en algo se resume todo el encanto de Granada es una palabra, simbólica y abstracta, que acaba por reflejar su esencia: el embrujo nazarí, que todo lo baña hasta convertirla en una ciudad imprescindible y una de las grandes joyas de nuestro país. Uno puede pasar la vida entera en Granada, como hicieron (y hacen) ilustres poetas, músicos y artistas, pero hoy vamos a darte algunos consejos para descubrir los encantos de esta bellísima ciudad en una escapada de fin de semana.
LA ALHAMBRA, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
Como es natural, un fin de semana en Granada debe incluir una visita a La Alhambra. Se trata del monumento más visitado de nuestro país y una de nuestras grandes maravillas, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Para no perderte nada, nuestra recomendación es que realices una visita guiada a la Alhambra, con la que podrás descubrir los mil y un detalles fascinantes que hacen de este lugar algo único. De momento, aquí van algunas cosas que conviene saber antes de iniciar el recorrido.
La Alhambra es el conjunto de antiguos palacios, jardines y fortalezas levantado sobre la llamada colina de Sabika, uno de los puntos más altos de la ciudad de Granada. Aunque se construyó principalmente en el siglo XIV, los primeros vestigios datan de cinco siglos antes. La finalidad de la ubicación era buscar un emplazamiento estratégico para su defensa, y a su vez simbolizar el dominio sobre la ciudad y la vega granadina. ¡Por eso se realza tanto desde cualquier punto de la ciudad!
Su finalidad era albergar al emir y la corte del Reino Nazarí. De hecho, llegó a contar con seis palacios y dos torres-palacio, de las que hoy solo quedan en pie los denominados de Comares y de los Leones. Pese a todo, podemos felicitarnos: se trata del único complejo áulico de época islámica que se ha conservado.
El conjunto monumental lo integran La Alhambra y el Generalife, construido entre los siglos XII y XIV. Este era el palacio utilizado por los reyes musulmanes como lugar de descanso. Además, el conjunto está trufado de paseos, y recorrerlos es una auténtica delicia.
La mayor parte de las construcciones que han llegado a nuestra época se las debemos a los emires Yusuf I (1333-1353) y Mohamed V (1353-1391). De sus reinados datan la reforma de la Alcazaba y los palacios, la ampliación del recinto amurallado, la Puerta de la Justicia o el Patio de los Leones, probablemente su estancia más emblemática. En cambio, de los reyes nazaríes posteriores no se conserva prácticamente nada. Parte del conjunto arquitectónico fue demolido para construir el Palacio de Carlos V, y a partir del siglo XVIII el lugar cayó en el abandono. No fue lo peor que le ocurrió: durante la dominación francesa fue volada parte de la fortaleza. Hasta el siglo XIX no se abordó su reparación, restauración y conservación, con el fin de poner en valor lo que es La Alhambra: uno de los conjuntos arquitectónicos más bellos del mundo.
MIRADORES DE GRANADA
Pero si vas a Granada, hay muchas más cosas que no te puedes perder. Una de ellas son sus fabulosos miradores. No te será difícil trazar una ruta que te descubra los más singulares. Es difícil escoger uno solo, pero algunos tienen ganada una bien merecida fama. Por ejemplo, Bill Clinton quedó tan prendado del mirador de San Nicolás y sus vistas a la Alhambra que dijo que allí había visto «la más bella puesta de sol». Probablemente este sea el rincón más romántico de la ciudad. También son muy famosos el de los Carvajales y o el de San Cristóbal, que funde en una sola vista las cumbres de Sierra Nevada, la vega y las murallas árabes.
En cambio, el Mirador de La Churra es más desconocido y tiene unas increíbles vistas al Albaicín, donde se sitúan todos ellos. Ahora bien, si estás en La Alhambra, nuestra recomendación es que aproveches para ver la puesta de sol desde la Torre del Homenaje, como lo hacían los reyes nazaríes de Granada hace cinco siglos.
DESCUBRIENDO EL EMBRUJO EN LAS CALLES DE GRANADA
Muchos de los rincones de la ciudad tienen ese encanto misterioso que todo lo impregna. Pero sin duda, no puedes pasar un fin de semana en Granada sin pasear por las empedradas calles del Albaicín. Nuestra recomendación es que callejees guiado por tu intuición, sin dejar de pasar algunos hitos, como la Casa del Chapiz, dos viviendas moriscas situadas junto al Sacromonte, o la casa de Zafra, una antigua mansión nazarí.
Precisamente el Sacromonte es otro lugar que no puedes dejar pasar. En las antiguas casas-cueva de este barrio gitano se concentran algunos de los mejores tablaos de Granada, como la Cueva La Rocío o las Cuevas Los Tarantos o Zambra María la Canastera. Otra recomendación: dedica un rato a recorrer el Paseo de los Tristes junto al Darro.
En el centro, además de maravillas del Renacimiento como la Catedral, se encuentra la Alcaicería, el antiguo zoco árabe donde se vendía la seda. Hoy puedes encontrar decenas de tiendas de artesanía granadina, como la loza de Fajalauza.
En resumen, Granada es una ciudad con un toque duende y un embrujo que solo podrás comprender cuando la visites.
Espero que este artículo sobre Granada te sea de ayuda.
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